Te dejamos con dos escritos de Camila Mardones, poeta, feminista, profesora de Historia y Geografía y maestra en Literatura Española y Latinoamericana de la Universidad de Buenos Aires. Ha ganado diversos concursos nacionales e internacionales de poesía y creación literaria. También colaboró en antologías como Aislados: poesía para tiempos inciertos (2020), Silvestres y Eléctricas (2015), Contrasilencio (2010), entre otros. Además de publicar su primer libro: Cautiverio. Primera edición por Balmaceda Arte Joven, Chile, 2015 y segunda edición por Artexto & Capuchas, Argentina, 2017.
Quise subirme a un coiwe y desde su rama más alta escribirte un poema Mi cuerpo alado aún recuerda el idioma de sus captores. Como humana y como ave emprendí vuelos mi voz siempre fue barlovento Desde esta cima pienso en tus abuelos cuya bandada se creyó desorientada al momento de corregir el vuelo La exhalación de la cordillera reconoció tal valentía Y en tu hermana exiliada pienso, pájara que zurca las latitudes de la violencia para recuperarnos la calle y la noche regalarnos algo del viento frío que golpea su vientre Todo es verde y es silente desde esta rama. Yo quisiera mirarte, acaso de una hoja agarrada en silencio para no inquietarte el descanso con calma, para no revolverte la herida En tu canto creo porque es viaje y es también quedarse. Creo en tu grito porque él renuncia de sí mismo se contradice y rectifica no hay vergüenza en su vuelo Tu silencio es el silencio azul del tambalear de esta rama El pensarte es el bosque y la sinceridad de la savia y también es la luz que visita a la hoja y se queda en partículas dolorosas y danzantes para traerte la buena nueva de su brote Traje mi bestia a esta rama. Mi animalidad nunca pudo olvidar la ternura de tu aullido Hoy no conozco otro idioma más que el idioma de la humedad y nada de ello importa aquí: hemos aprendido de la resiliencia de los bosques Quise escribirte un poema estoy queriéndolo ahora El coiwe susurra un canto inaudible para los cazadores
una herida te traigo y en su canto el canto del río se duerme se duerme su canto en la herida que en el ruido de la intemperie te busca te busca la herida que traigo y su canto que parece hablar de territorios fugitivos donde hay camas y nidos y brazos e s c a l e r a s antifaces tu boca t o d a y toda escalera todo camino todo límite fugitivo te habla de esa herida de ese mapa de este canto que traigo para hablarte de otra cosa de otra cosa te hablo ya no de la sangre ni del asma ni del m i e d o ni del cuerpo que se vuela con la violencia de cien mil pájaros echados a morir en una playa cualquiera Habana Santiago Buenos Aires Querétaro Querétaro Puerto Montt Querétaro heridas balas en Haití besos con lengua en la República Democrática del Congo tus piernas sobre mis caderas estriadas en Sudán del Sur despertar llorando en Mozambique temblar de frío en Guinea temblar de frío en Puerto Montt t e m b l a r d e f r í o t e m b l a r d e f r í o te habla del frío esa herida que desde mi río inquieto te nombra te nombra a t i a un camino sinuoso a la caída al despegue mira bien: mira más de cerca te busca la herida que traigo que en su canto duerme al canto del río y soy entonces pez y me hundo en las aguas de tu miedo a lo terrible de tu miedo a lo abyecto soy pez y dime si entiendes este grito bajo del agua digo Nicaragua VIOLENCIA digo VIOLENCIA Nicaragua digo bajo el agua y soy Valdivia soy pez s o y pe z descíframe el canto de este río deletréame la palabra antifaz deletréame escafandra deletréame un poco de tu andar entre medusas entre medusas tuheridageográfica tuheridageográfica me toma las piernas los dedos largos los dientes me toma y el ojo por el que no veo bien me toma la herida y al límite fugitivo me invita me inventa me incita cuando digo te amo estoy queriendo decir otra cosa