Con 19 años recién cumplidos y una destacada trayectoria en este deporte ciencia, Javiera Gómez, está ad portas de viajar a Rusia para competir en la Copa Mundial Femenina de Ajedrez, la única chilena que ha clasificado en la historia de este torneo. El desafío es grande pero las ganas también: lograr pasar a la primera ronda y obtener el título máximo de Gran Maestra.
Al escuchar de los logros de Javiera Gómez, probablemente lo primero que viene a la mente, si es que viste la serie de Netflix (muy recomendada), es a la protagonista de Gambito de Dama imaginando un tablero de ajedrez sobre su cabeza para planificar ágilmente cual sería su próxima próxima jugada. Pero si algo en común tiene esa historia ficcionada con esta joven chilena es posiblemente el amor por este deporte y el camino desafiante para destacarse en esta destreza a temprana edad y siendo una niña.
Actualmente en Chile hay alrededor de 100 hombres que tienen un puntaje relativamente alto en el Ranking ELO –sistema de clasificación mundial que mide la fuerza del juego en relación a sus oponentes–, pero solo dos mujeres, y Javiera es una de ellas. No solo es la mejor de su categoría (sub 18 femenino y masculino) a nivel nacional, sino que también una de las mejores exponentes del continente. Ganó su primer campeonato nacional a los 10 años, un Panamericano a los 12, y a los 14 ya se convertía en la tercera Maestra Internacional Femenina de la historia de Chile.
Hoy Javiera Gómez se enlista, junto a los ajedrecistas nacionales Cristóbal Henríquez y Pablo Salinas, para el mundial de ajedrez que se llevará a cabo en la ciudad de Sochi, en Rusia, entre el 10 de julio y el 6 de agosto de este año. Javiera será la única representante en el torneo femenino, el que contará con la participación de destacadas ajedrecistas, como Ju Wenjun y Kateryna Lagno.
Sin embargo, sobre relucir sus nominaciones y torneos ganados, aún con algo de timidez, en esta entrevista Javiera dice “por algún motivo nunca me ha gustado tanto relucir mis logros”. Ya sea por permanecer mostrando humildad o tal vez algo del síndrome del impostor, ella misma cuenta que sus logros debían reconocerse como tal. “Javi tienes que publicar estas cosas, la gente tiene que saber que eres la mejor ajedrecista de Chile” le decían sus amigos y familiares.
Aún más, en un ámbito tan marcado por la presencia masculina. En más de una ocasión escuchó la frase “juega como hombre” y “cómo las mujeres siempre han tenido que ganarse lugares en casi todas las cosas, es super complejo, sobre todo para meterse en un deporte que es tan machista” agrega Javiera, quien comenta que le preocupa ver cómo disminuye la participación de mujeres en torneos a medida que avanza el rango etario.
Desde los 12 años comencé a participar en competencias open con adultos y me tocaba enfrentarme con jugadores de 40 años en adelante. Obviamente perdí muchas veces, pero también gané y fui mejorando gracias a esos torneos. Cuando tenía la oportunidad de ganarles varios de ellos se molestaban, de hecho una vez alguien me dijo “cabra chica, no me vas a volver a ganar nunca más”.
En el momento no me sentí mal pero, ahora que veo eso más grande, no me parece bien que tuviera que pasar por ese tipo de situaciones, y ¿qué pasaría si otra chica pasara por lo mismo y no lo tomara con la misma actitud?. Son cosas que no deberían ocurrir. Todos merecemos el mismo respeto, independiente del nivel que uno pueda tener o por el hecho de ser mujer.
Yo siempre decía que Judith Polgár era la mejor. Ella llegó al top ten mundial, tanto de hombres como de mujeres. Me pasaba que nunca vi mujeres entre los primeros lugares en torneos en Chile. De todos los torneos en que participé yo creo que en ninguno vi una mujer entre los tres primeros lugares, y probablemente fueron unos 50 torneos mínimo. A la única mujer que vi ahí fue a mí cuando llegaba a esos lugares.
Algunas niñas pequeñas me decían que yo era su idola, cuando yo todavía era pequeña. Me hacía sentir un ejemplo, porque a mí nunca me tocó ver a otra mujer arriba.
La determinación y constancia han sido claves para el éxito de esta talentosa joven proveniente de Valdivia. En esta entrevista nos cuenta que por el contexto sanitario sus entrenamientos y competencias se han limitado a lo virtual. Así se ha vuelto costumbre entrenar de forma individual sumergida en libros y partidas en el computador, además de sus clases particulares con un profesor. Por lo bajo cinco horas diarias dedicadas a perfeccionar sus jugadas.
Su meta por sobre todo es llegar a obtener el título de Gran Maestra y sus planes a futuro están abocados a esto, lejos de los planes convencionales que alguna vez resonaron para ella cómo tener estudios universitarios. “Me carga la pregunta de qué voy a estudiar, tal vez sería más adecuado a qué te gustaría dedicarte porque te están condicionando a que te tienes que estudiar una carrera como si no hubiese más que eso” dice Javiera Gómez. “Tengo claro que quiero ser ajedrecista” agrega la joven jugadora.
Muchos nervios, sobre todo cuando estamos llegando al final. Tienes que saber aguantar bien la presión, es difícil, por eso hay que trabajar el aspecto psicológico para enfrentar bien una partida, la mente está 100% en el tablero. Una vez tuve una partida que duró seis horas. Es clave no perder la concentración, pensar mucho y ser creativo. La jugada que elijas va a definir una partida pero creo que la toma de decisiones es lo más difícil en el ajedrez.
Me hubiera gustado que otra jugadora de ajedrez me hubiera dicho que “sí se puede llegar a un nivel alto, da lo mismo si eres mujer o no, puedes ser buena en esto” y tener a alguna compañera porque nunca sentí que tuviera una partner de ajedrez.
Ser mujer no debería significar una barrera para llegar tan alto como un hombre. Van a haber compañeras casi siempre y voy a estar yo. No van a estar solas pero mientras más mujeres entren a este mundo mejor. Invitarlas a que quieran conocer de esto y lo divertido que es, es mucho más que mover piezas. Espero que algún día, como mujeres, podamos llegar a una cantidad similar de jugadores.
Javiera siempre ha contado con el apoyo de su familia y de la Fundación para el Talento Juvenil (FundacEK), la cual busca potenciar el desarrollo de niñas, niños y jóvenes en sus respectivos talentos, pero esto no siempre es suficiente.
Por fortuna y gracias a que su historia se ha hecho conocida en redes sociales, hace solo algunas semanas dio por cerrado exitosamente un crowfounding que buscaba conseguir apoyo económico para su viaje a Europa. “Fue muy sorpresivo y lindo ver cómo la gente iba compartiendo y aportando a la campaña” dice ella.