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Free bleeding: cómo menstruar sin necesidad de usar copa menstrual ni toalla higiénica

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Te llega la menstruación. Ves en tu velador una compresa o tu fiel copa menstrual. ¿Qué pasa si esta vez decides no usarla? El “free bleeding”, conocido como sangrado libre, ha sido un secreto a voces y una alternativa natural que sorprende a todas las mujeres.

Estamos en pleno 2020 y pareciera que las mujeres aún no tenemos absoluta conciencia sobre la potencialidad de nuestros cuerpos. Entre tantos productos  tóxicos para la higiene femenina íntima en el mercado y un saber medicinal masculino, poner en práctica el free bleeding o también conocido como el sangrado libre, parece una locura sacada de una teoría conspirativa. 

Pero ¿Qué es el free bleeding? se trata básicamente de no utilizar toallas higiénicas, tampones y copas que recojan el sangrado menstrual. Es una técnica de conciencia personal donde las mujeres pueden llegar a controlar la expulsión de coágulos y sangre menstrual sin la necesidad de un intermediario. 

Aunque parezca increíble, esta práctica no es algo nuevo. En épocas donde no existían productos para la menstruación, las mujeres tenían conocimiento del funcionamiento de sus cuerpos y realizaban el sangrado libre con total normalidad.  Incluso, en los años 70’s el movimiento feminista volvió a poner el tema sobre la mesa debido al síndrome del shock tóxico, peligrosa infección causada por los tampones.

En 2014 el nombre de Kiran Gandhi se hizo rápidamente conocido en la internet. En la maratón de Londres, Kiran participó de esta cuando estaba con la menstruación y no utilizó ningún producto que retuviera su sangre. Como forma de protesta y visibilización, la deportista lo hizo por todas las mujeres que no acceden a productos de higiene como también, por comodidad. La sangre menstrual no debería ser un impedimento para hacer lo que nos gusta.

Kiran Gandhi en la maratón de Londres 2014.

¿Cómo puedo realizar el free bleeding?

El sangrado libre es cosa de tiempo y paciencia. Lo primero que necesitas es tener un suelo pélvico fortalecido. Para esto, debes realizar ejercicios kegel, que consisten en contraer por 3 a 5 segundos los músculos de tu suelo pélvico (recuerda consultar a tu ginecóloga/o de cabecera si puedes hacer este tipo de ejercicio). La sensación es parecida a cuando aguantas hacer pipí. Aprietas por unos segundos y luego sueltas. Así de sencillo. 

Durante muchos años lo realicé de forma inconsciente en mi cama, en el autobús o en cualquier sitio, pues nadie sabe que lo estaba haciendo. Había leído una vez en internet que ayudaba a la incontinencia urinaria y la potencialidad de los orgasmos, por lo que lo llevé a la práctica. Lo que no sabía es que también me ayudaría para practicar el sangrado libre. 

Así que en el momento que comencé a realizar el sangrado libre ya tenía la mitad el camino hecho. En mi día libre me puse mis calzones viejos y dejé de lado mi copa menstrual. Empecé a escuchar mi cuerpo. Cuando sentía que me iba a bajar mi flujo menstrual, aguantaba y me dirigía al baño. Acababa expulsando los coágulos. 

No lo podía creer. 

Al principio, manchaba mis calzones un poco. Creía que se debía a mi flujo abundante. Sin embargo, esto no influye en el freebleding según expertas de la web. Así que no te preocupes. Cualquier mujer puede hacerlo.  

Con constancia y esfuerzo, empezó a salirme en el día. Luego dejé de ponerme protector en la noche y para mi sorpresa, despertaba y no había ensuciado ninguna gota. Si bien, ahora sigo ocupando mi copa menstrual cuando salgo de casa ya que no siempre tengo un baño cerca. El sangrado libre fue una nueva forma de conocer mi cuerpo y conectar con mis contracciones y mi útero como también con el saber ancestral de mujeres.

Woman Touching Stomach

La menstruación en una sociedad machista

Realizar el freebleding me llevó a reconciliarme con mi menstruación y entrar a cuestionar cómo algo tan natural como el ciclo menstrual,  ha sido un  tabú cargado con una fuerte estigma social durante siglos. 

Desde nuestra primera menstruación que muchas recordamos con miedo, incertidumbre e incluso trauma, hasta cuando le preguntábamos en voz baja a nuestra amiga si llevaba una toalla higiénica extra en su bolso porque tu te olvidaste de la tuya, son reflejo de cómo hemos ocultado la menstruación por temor y vergüenza

En ciertos lugares de la India, las mujeres que menstrúan se les considera “impuras” y son excluidas de eventos sociales y religiosos. Los datos arrojan que una de cada cinco mujeres abandona el colegio por la menstruación. Asimismo, debido a la explotación laboral y las pocas condiciones higiénicas a las que están expuestas, existen mujeres que se han sometido a histerectomías, operaciones de extirpación de útero, en los últimos años para ser “funcionales” al sistema.

Asimismo, en zonas de Nepal, se realiza el “Cchapaudi”, práctica que consiste en aislar a mujeres en chozas o piezas apartadas mientras están con la menstruación. No pueden tocar a otras personas ni tampoco la comida, vegetales y animales. 

Existieron tribus y comunidades donde las mujeres compartían entre sí los saberes de la menstruación. Este periodo por el que pasaban las mujeres, según ellas, tenía estrecha relación con la Luna y sus ciclos. Desde ahí viene su origen, men, mes lunar. No obstante, este saber y autonomía de las mujeres, fue despojado para instalar el orden patriarcal. 

Es así como desde la antigüedad hasta la actualidad, las mujeres hemos sido oprimidas y avergonzadas por nuestra naturaleza y sexo. Si todas las mujeres lográramos tener una conexión con nuestro cuerpo, si en las clases de educación sexual se nos hubiera enseñado correctamente, el sangrado libre sería una alternativa que haría frente a los cientos de productos tóxicos que nos venden y también, una solución gratuita para todas aquéllas mujeres que no pueden acceder a productos higiénicos. 

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Andrea Pozo

Periodista y comunicadora social de la Universidad de Chile. Me gusta escribir y leer a otras mujeres. @andybrava_

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