En el éxito de esta editorial que ha facilitado la difusión y circulación de lecturas e ideas en y desde América Latina, a contracorriente de modelos editoriales dominantes, está detrás el trabajo durante años de Marisol Vera, la fundadora y editora de Cuarto Propio. En Revista Bravas ella nos cuenta acerca de los inicios y el camino recorrido en esta batalla cultural, hablamos también sobre el escribir siendo mujer y el mundo literario.
Chile aún en dictadura, la censura se mantenía y el apagón cultural se sentía en el ambiente. Un represivo contexto nacional, donde las expresiones artísticas funcionaban muchas veces desde la clandestinidad o al margen de lo permitido, del que tampoco era ajeno el mundo literario. ¿Quién recogería esas voces que se cuestionaban lo establecido? ¿Cuál era el espacio para estos nuevos discursos? ¿Tenían cabida las mujeres en el mundo editorial?. Esas fueron algunas de las preguntas sin respuestas que motivaron a Marisol a dar inicio a la conocida editorial Cuarto Propio. Única en su tipo y que se mantiene funcionando hasta hoy. “Era tan necesario poder registrar y difundir lo que estaba pasando y no había donde” recuerda Marisol.
A finales de los 80 el mundo editorial chileno era bastante complejo. Las recordadas quemas de libros, el triste destino que tuvo la Editorial Quimantú o la autocensura que permeaba entre las pocas editoriales que se mantenía, entre otras cosas, dejaban un vacío para las voces críticas que comenzaban a aflorar durante esa época.
Las acciones artísticas de agrupaciones como el Colectivo Acciones de Arte (CADA) y las revolucionarias ideas de teóricas como Julieta Kirkwood, la crítica Nelly Richard, la poeta Carmen Berenguer o los círculos de mujeres como Diamela Eltit hacía pobladoras, fueron pilares para componer el espíritu de lo que sería esta editorial. “Estaban los procesos de creación y reflexión que estaban empezando a manifestarse de manera muy potente particularmente desde el espacio de la mujer. Había un gran movimiento que estaba creando y pensando, que tenía un correlato en acciones, distintos sectores en que se trabajó con mujeres desde talleres, trabajo en ollas comunes, restricción política, era tremendamente poderoso” cuenta Marisol.
Editorial Cuarto Propio desde sus orígenes se inspira en el escribir y acontecer de la escritura de mujeres y el pensamiento reflexivo que aquí surge. De ahí declina el nombre y logo que hasta hoy hace alusión a la novelista inglesa Virginia Woolf. En esta Editorial Marisol encontró la posibilidad de respaldar y difundir el trabajo de autores hoy consagrados como Diamela Eltit, Carla Cordua, Pedro Lemebel y Claudio Bertoni, entre otros.
Mientras que durante los primeros años lanzaron históricas publicaciones de análisis político de “circulación cerrada” como el sic (Servicio de Información Confidencial), del primer periódico de oposición en dictadura, el Fortín Mapocho, entre otros.
“Estaba la pasión y la decisión de contar con un espacio donde pudieran recogerse, y difundirse, toda esta reflexión crítica. Toda esta producción de sentido”. Comenta Marisol, quien motivada por la productividad creativa y reflexiva que afloraba en ese momento, vio en la alianza internacional una solución para hacer frente al abandono estatal.
“Cuarto Propio era una apuesta que buscaba no solamente mantener esta propuesta en el espacio nacional. También era sumamente importante generar el diálogo con el resto del continente de manera de seguir nutriendo este movimiento”.
“Las alianzas han sido fundamentales en la articulación de redes, que pasaron a ser la forma de operar en el mundo globalizado y a la vez profundamente fragmentado de la era del neoliberalismo” escribió Marisol en la revista de Voces de Jovenes.
Tiene una convicción de que la riqueza cultural en Chile y América Latina era algo que se debía rescatar y preservar. Con la editorial Cuarto Propio y a modo de activismo Marisol ha gestado también encuentros de discusión como el Primer Congreso de Literatura Femenina. Este se llevó a cabo en Chile en medio de la dictadura. “Donde por primera vez se plantea de manera multidisciplinaria el análisis crítico sobre la producción con mirada de mujer” agrega.
-“El camino ha sido de extrema precariedad porque en definitiva estábamos situados en un espacio que solamente se entendía desde el punto de vista de lo político. El rol de la cultura, nuestra apuesta, estaba precisamente situado en la importancia de abrir espacios de formación de audiencias y eso dentro de este modelo neoliberal de la transición nunca tuvo cabida. Jamás hemos logrado que el Estado entienda que la cultura es un motor fundamental de desarrollo en una sociedad democrática, plural, creativa”.
-“Hoy estamos muy complicados. En Chile nunca ha habido un espacio normal de circulación y promoción del libro y la lectura, nunca. Desde la escasez de librerías, a las dificultades de distribución, de visibilidad. La Asociación de Editores, de la cual soy fundadora, tuvo siempre como norte el potenciar la asociatividad, que ha sido fundamental. La verdad es que Chile está al debe, lo ves ahora en medio de la pandemia. En que no ha habido ninguna medida que proteja al amplio mundo de la cultura, que se ha visto enteramente tirado a la calle”.
-“Nosotros como editores independientes en Chile acuñamos el término bibliodiversidad. Como el término que recoge lo que está detrás de la defensa de una industria editorial independiente de los mandatos de mercado que está asentada en las apuestas culturales diversas que deben tener todos los países, y en que otras regiones, el Estado cuida y protege como niña bonita”.
–“Esta transnacionalización conlleva una homogenización y una curatoría por lo que es exitoso, el bets seller. Esta iniciativa dio origen a la Alianza Internacional de Editores Independientes, de la cual Chile es parte. Muy importante en esto de promover este concepto de cultura que está detrás del movimiento, es decir preservar y promover el pensamiento plural, la diversidad”.
-“Ha sido maravilloso. Una de las cosas que nos ha mantenido el espíritu bien a salvo, con el ánimo en alto, ha sido la maravillosa inclusión de lo que hemos venido promoviendo como feministas desde hace muchísimo tiempo. Y las nuevas generaciones han ido tomando y potenciando. Como el trabajo de Las Tesis y todos los movimientos de mujeres en torno a estas consecuencias brutales que ha tenido para nuestra sociedad”.
-“La mujer en las letras siempre ha tenido un lugar marginal, en los premios, en el reconocimiento público, en las publicaciones. Significa realmente perder la visión de la mitad de la población que se plantea desde otro lugar al del hombre. Tenemos otra mirada que se va develando incluso sin que la escritora tenga a priori consciencia de eso”
-“No porque escriba sobre un tema determinado, porque los temas que tomamos las mujeres son universales. Son todos: el amor, la política, las crisis, el dolor, la belleza, lo obsceno, etc, pero la visión de la mujer es otra. Cada uno de nosotros escribe desde el lugar que ocupamos en la sociedad culturalmente, desde la biología, desde la geografía.