Despidos masivos e injustificados,precarización laboral y sin posibilidad de acceder a beneficios , son parte de las vulneraciones que han tenido que enfrentar este último tiempo las trabajadoras de casa particular. “En todos lados hemos puesto el tema sobre la mesa pero no hemos sido escuchadas”, aseguró Emilia Solis, presidenta del Sinducap.
La pandemia no sólo ha significado una crisis en el sistema sanitario, sino que también, ha empeorado las desigualdades sociales y económicas existentes. Este es el caso de las trabajadoras de casa particular ya que en la actualidad atraviesan una de sus peores crisis.
Según Comunidad Mujer, tras la pandemia 899 mil mujeres han perdido su trabajo en Chile. En el caso de las trabajadoras de casa particular, 3 de cada 10 han quedado cesantes por esta crisis.
“Han habido compañeras que las han echado a la calle porque no tienen para pagar los arriendos”, dijo Emilia Solís, presidenta del Sindicato Nacional Unitario Interempresa de Trabajadoras y Trabajadores de Casa Particular (Sinducap) a Revista Bravas.
El trabajo doméstico y las labores de limpieza, han sido roles históricamente realizados por mujeres. En el caso de las trabajadoras de casa particular, a pesar de hacer un trabajo fundamental en el desarrollo de nuestra sociedad, han sido invisibilizadas, discriminadas y explotadas.
Según Solís, este gremio se ha enfrentado históricamente a malas condiciones de trabajo y precarización laboral. No obstante, con la pandemia la situación se ha agudizado al punto de no poder sostenerse.
Han sido víctimas de despidos masivos e injustificados, malas condiciones de trabajo y bajas de sueldos. Asimismo, muchas no han podido acceder al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) por no tener ficha social.
De las 200 mil personas que se desempeñan en este rubro, un 46% trabaja de manera informal. Muchas de ellas, mujeres migrantes, se enfrentan al hambre y a la inseguridad laboral.
Si bien, en 2020 el Estado incorporó a las trabajadoras de casa particular al seguro de cesantía, no ha sido suficiente. “Estamos atadas de mano para hacer incidencia”, aseguró la presidenta de la SINDACUP.
Emilia asegura que ni el Estado ni la clase política les ha brindado apoyo ni entregado una solución a sus demandas. “En todos lados hemos puesto el tema sobre la mesa pero no hemos sido escuchadas”, afirmó.
Es por ello, que han tenido que organizarse y acudir a organizaciones feministas para suplir sus necesidades. De esta forma, Feministas Providencia, una agrupación de mujeres, están llevando en la actualidad una campaña sorora en apoyo a SINDUCAP.
Todo lo recaudado se utilizará en compra de mercadería, útiles de aseo y útiles escolares que irán directamente en beneficio de estas mujeres y sus familias. ¿Cómo puedes ayudar? Realiza una transferencia a la siguiente cuenta:
Natalia Osorio
Rut: 16.945.202-4
Cuenta vista, banco Santander.
N°cuenta: 00-700-31-59943
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